Y después llegó el desmadre. Con las ganas que ya hay de Carnaval, cualquiera se iba a su casa a las 5 de la tarde, estando por medio el Alejo y el recuperado antiguo Club de Billar, hoy llamado Ubedí. Pondremos algunas imágenes porque no vamos a hacer ningún comentario, ni de pegatinas ni de los servicios (WC). Algunos estamos pagando ahora el desmadre contrarrestándolo con Klinex, Paracetamol Jarabe y cosas calientes. Y nuestras parientas dicen que eso nos pasa por estar sin ellas. Pero que nos quiten lo bailao, porque parecía que teníamos veinte años menos (sólo parecía).
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