El tierno "anjalico" al que le están dando el biberón mientras que la selección española perdía por cinco goles a uno, es el último hijo del Gófer (y de su señora). Tiene toda la cara de estanquero y carnavalero, porque sus tres hermanas se sabe que serán docentes (2) y policías (1).
Ambiente en la calle mientras la selección claudicaba y dentro del bar se escuchaba con recochineo: ¡Que viva Holanda!
Es curioso, pero el anjalico se parece un poco a su padre y otro poco a su madre
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