Y decidimos echarnos a la feria para comer. El recibimiento fue de lo más agradable, ya que nos esperaban junto a la portada un comité de bienvenida ofreciéndonos abanicos de todo tipo y a veces acompañados de algún que otro ósculo.
Después de comer con la visita inesperada de moscas y moscones, pensamos montarnos en los caballitos pero desistimos del intento al comprobar de dónde vienen tantas moscas en la feria.
Tuvimos tiempo de tomarnos alguna que otra bebida refrescante con dos cubitos y rodaja de limón que luego nos pasaría factura...
... dado que unos echarían la papa...
... y otros se comerían el Coco.
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