QUIÉNES SOMOS (O HEMOS SIDO)

El Cuarteto 1º fue el primero que participó en esta modalidad en el Carnaval ubetense allá por 1992, de ahí su nombre. En un principio fuimos tres (Luís Mª, Juan y Juan Antonio) y ahora sólo quedamos dos (Luis Mª y Juan Antonio). En todos estos años de existencia hemos participado en el Carnaval y colaborado en el mismo aportando ideas y llevando a cabo diversas iniciativas como: la fundación del periódico anuario “Pregonero del Carnaval”, edición del libro “Recuerdos de Carnaval”, la creación de “La Carnestolenda”, la institución de los “Premios Ladrillo” antecesores de los actuales “Botijo”, la implantación de un Concurso de Fotografía, algunos concursos de dibujo para escolares, etc., aparte de haber sido Pregoneros del Carnaval en el año 2000. Sin lugar a dudas la aportación a esta fiesta que más huella nos ha dejado ha sido el haber gestado la “Gran Gala de Carnaval” que se llevó a cabo con motivo de cumplirse el 25 Aniversario del Carnaval en democracia en el 2008.

Este blog, creado en 2009, es la consecuencia de la insistencia de nuestro colaborador y padre del mismo, Miguelin Soria.

Ojo al Parche del Copi-raid: Todos los textos y fotografías que aparecen en este blog pueden ser utilizados por cuantos lo deseen, siempre que sea citada la procedencia. ¿Entendido?...

domingo, 16 de julio de 2017

HISTORIA DEL CARNAVAL EN ÚBEDA. "BAILES DE SOCIEDAD Y BAILES DE MÁSCARAS"

Ángeles Moreno (diablo), Catalina Martínez (flor) y Obdulia Martínez (odalisca).
Foto de estudio iluminada, atribuida a J. Vasserot, 1912.

BAILES DE SOCIEDAD Y BAILES DE MÁSCARAS
Sabemos que desde el siglo XVI ya se celebraban bailes de máscaras en España. Los bailes de sociedad, que ya venían realizándose en muchos lugares de nuestro país y Europa, llevaban en su repertorio anual el celebrar algunos de máscaras desde finales de año hasta la llegada de la primavera, que por cierto tenían muy buena acogida por la clase aristocrática; aparte de las crónicas, son los grabados y las pinturas las que dan testimonio de ello. Su gran expansión comienza a producirse en el siglo XVIII con la llegada de los Borbones, cuando en nuestra nación hay una gran influencia social importada desde  la vecina Francia, entre ellas se encontraban los fastuosos bailes de máscaras que allí se celebraban. En España fueron las grandes capitales, como Barcelona y Madrid, donde primero se pusieron en marcha, siendo famosos los que se llevaban a cabo en los coliseos y ateneos, alcanzando bastante relevancia y popularizándose desde mediados del siglo XIX hasta entrados en el s. XX.  
            En nuestra localidad -como no podía ser de otra manera- esta moda fue implantada por la clase alta y la clase media bien acomodada. Creemos que es a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX cuando en Úbeda comienzan a darse los primeros bailes de máscaras. Los escenarios para llevarlos a cabo serían los mismos que en cualquier punto del país, los coliseos o teatros, los salones de los casinos (si los había) o en las casas palaciegas de la noble. En este sentido es en el teatro Principal donde se verificaban estos tipos de bailes a los que podía acceder toda la ciudadanía (que pudiera permitírselo). En los salones de los casinos, como el Casino Antiguo o el de la Unión Ubetense, también se daban renombrados bailes de máscaras destinados sólo a los socios. Unos años más tarde se unirían a ellos lo del Círculo Mercantil y posteriormente el teatro Rey Alfonso o Ideal Cinema. El escenario natural que ofrecían los teatros era más espectacular que el de los casinos, debido a sus dimensiones y su estructura, sin embargo éstos fueron perdiendo fuerza, entre otras cuestiones porque existía el inconveniente de quitar todas las butacas del patio para convertirlo en la pista de baile. En momentos puntuales veremos que en algún que otro hotel también se organizaron bailes, a los que habría que sumar los muchos que se hicieron en el Café Daniel.
Con anterioridad a los bailes de máscaras ya se celebraban otros que ocupaban diferentes fechas en el calendario, siendo estos más recatados y pudorosos, a los que llamaban bailes de sociedad. Para nuestra local aristocracia, fueron muy renombrados los que organizaban los Marqueses de Bussianos en su palacio de la calle Trinidad. También hay referencias de celebrase bailes en el palacio de los Montilla.
Los salones de baile estaban decorados con temas alusivos a la celebración, en el caso del Carnaval abundaban las serpentinas, piñatas, faroles de papel y cartón, tapices, mantones de Manila y una iluminación especial. Las orquestas estaban compuestas por un puñado de músicos profesionales que interpretaban lo más destacado de cada época, como la Carioca, el Foxtrot, el Rigodón, la Mazurca, el Tango, el Chotis, la Polka, el Vals, el Charlestón, el Pasodoble, incluso las Sevillanas. Todo siempre vertebrado por la batuta de un director.
            En ellos se huía de la vulgaridad y se lucían elegantes disfraces con antifaces de seda. La gran invitada por excelencia sería la lentejuela. En cuanto a las bebidas se disfrutaría con el Champán, el Jerez o la Zarzaparrilla.
Aquellos bailes de máscaras que tanta fama tuvieron para una selecta parte de la sociedad ubetense y de algunas poblaciones limítrofes, se mantuvieron -con bastante notoriedad- hasta su desaparición definitiva al estallar la guerra. Como veremos más adelante, Úbeda en Carnaval llegó a tener mucho renombre y se convirtió en un reclamo para forasteros, un negocio para las compañías de teatro y un destino para pasar unos días de diversión todas aquellas familias pudientes que se encontraban fuera de ella. Las fiestas de Carnaval tendrían tanta o más repercusión que la feria y por supuesto que la Semana Santa. En la actualidad se organizan bailes de Carnaval, pero es lo que menos se ejerce, el baile.
Extraído del libro en preparación: HISTORIA DEL CARNAVAL EN ÚBEDA.
JASA  

lunes, 3 de julio de 2017

HISTORIA DEL CARNAVAL EN ÚBEDA. "LOS CASINOS UBETENSES"

 
En este tiempo en el que no hay noticias de Carnaval, voy a entretener a los lectores incondicionales de este blog con unos trabajos que estoy publicando en prensa como anticipo al libro que quiero presentar el próximo 18 de noviembre (D. m.). Espero que os agraden.

LOS CASINOS UBETENSES
Serían los dirigentes de estos centros los pioneros en promover
 los bailes de sociedad y bailes de máscaras.

A mediados del s. XIX (1847) la aristocracia local, fundó en Úbeda el primer casino llamado “Casino Ubetense” (porque sólo había uno), ubicado en la calle Compañía, justo en el edificio donde se levantara la ermita de Santa Catalina de los jesuitas. Como la fundó la clase social de más abolengo, fue reconocido por el vulgo como el “Casino de los Señores”, siendo su primer presidente el Excmo. Sr. Conde Landrés. En la primera década del siglo XX fue trasladado a la calle Real nº 29. Decayó esta entidad a comienzo de la década de los 30 (s. XX), influenciada con certeza por el auge de los republicanos y la implantación de la II República. Fue su último presidente José Barrios Cuadra. Se sabe que después de guerra y durante un corto espacio de tiempo estuvo operativo, pero sin la relevancia de otro tiempo. En 1941 el local fue alquilado al sastre Sebastián Hurtado García.
Años después y también con los movimientos republicanos, nació otro más popular actuando como contratipo del primero al que bautizaron -como no podía ser de otra manera- con el nombre de “Casino Federal” conocido como “Casino Republicano”. Este tuvo su sede en una amplia casa de la calle Juan Pasquau (Torre del Conde). Fue en ese momento cuando al primero le es denominado también como el “Casino Antiguo”, reivindicando de esta manera su rango y para diferenciarlo del que apareció después.
Cuando desapareció el “Republicano”, medio centenar de sus socios fundaron en 1875 uno nuevo llamado “Círculo de Artesanos Local”. Un año después y en el mes de mayo, la sede social fue trasladada a un caserón de la calle Corredera propiedad de Cayetano Granadino al que se le compró por 35.000 pts. Fue su primer presidente don Antonio Cuadra Osma. Esta sociedad se hizo grande y fuerte, dado que dentro de la misma sede surgió también la “Unión Ubetense” y ambas compañías compuestas por los mismos socios se unieron en 1883 conformando “La Unión Ubetense de Artesanos”. Decidieron modificar y ampliar sus instalaciones, por lo que acometieron unas importantísimas obras que se vieron consumadas en 1884 la fachada, en 1885 la estructura del edificio, el salón de la primera planta en 1886 y la obra interior de la planta baja en 1888. A lo largo de su vida como tal, en este edificio han convivido varias sociedades que han ido configurándose y cambiando de nombre. Fue el más espectacular de todos y entre las muchas actividades que se hicieron en él también se representaron obras de teatro y se proyectó cine. La suntuosa biblioteca estuvo en los bajos de la torre del homenaje de la muralla colindante.
En la calle Real nº 16-18 y en el amplio café que regentaba Segundo Mas Espejo (casado con Margarita Shinlley), se instauró una nueva sociedad llamada Círculo Mercantil e Industrial y empezó a funcionar a comienzo de los años 20 (s. XX). Unos años después, para más señas en marzo de 1925, se trasladó esta nueva asociación a las estancias del Casino de la Corredera que tomó en alquiler. Todo apunta a que las sociedades que anteriormente estaban establecidas en este edificio desaparecieron o fueron absorbidas por el Círculo Mercantil que estaba en alza. Durante la contienda en él se ubicó el cuartel miliciano. Pasado el tiempo del conflicto bélico, quiso recuperar el antiguo esplendor con celebraciones sociales e incluso algunos bailes, entre ellos de máscaras. A finales de los 40 vino en decadencia y el Banco Hispano Americano se interesó por este edificio y a comienzo de los 50 ya estaba aquí instalado. En contraprestación a unas acciones que tenía el consistorio, la escalera de mármol del casino fue cedida e instalada en el actual Ayuntamiento. Con las fusiones posteriores se llamó Central-Hispano y en los últimos tiempos Banco de Santander. Serían los dirigentes de estos centros los pioneros en promover los bailes de sociedad y bailes de máscaras.
El recordado Juan Pasquau escribía estas palabras para definir lo que para él era un casino: “El ocio del casino decimonónico era “ilustrado” y surgían las bibliotecas donde salían tremendos intelectuales. Otras veces, eran, los del casino, ocios pillos, podridos de murmuración, juego y lujuria donde se concertaban mancebías y se jugaban los cortijos”.
En los años 60 se fundaron en Úbeda dos sociedades de recreo al estilo de los antiguos casinos pero se desechó ese término por sus rancias reminiscencias y se optó por emplear el vocablo más de la época, como club, entre ellos estaban el desaparecido Club 61 y el Club Diana que aún subsiste.
JASA