Y con el Entierro de la Sardina se dieron por finalizadas oficialmente las fiestas de este año 2018. El cortejo partió desde el Hospital de Santiago y acabó ante la puerta del Ayuntamiento donde el pregonero con unas escuetas palabras despidió el Carnaval rogando que nos lleváramos bien. Luego se prendió fuego a la sardina y al camión del reparto de bombonas, junto con algunas piezas más de atrezo que, voluntaria e involuntariamente, fueron pacto de las llamas. Después los dolientes se diseminaron por bares y garitos para dar cumplimiento al dicho: ¡Quién va de entierro y no bebe vino....! El broche final se puso con el baile de despedida en el Salón Condestable.
Y dijimos adiós a un Carnaval que no pasará sin pena ni gloria, sino por todo lo contrario, dado que sobre cada acto que se ha desarrollado ha revoloteado la sombra del "Mal rollo" con el que acabó el anterior. Sin embargo, en este último baile, pudimos ver los brotes verdes de una nueva etapa. Dejemos que llegue la primavera, pase el verano, la feria... y veremos sus frutos.
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