Petos y Seco, carnavaleros clandestinos
Bueno, pues esto se acabó... Hemos quemado la sardina, pero
no quemamos todos los mensajes de agradecimiento y las muestras de cariño que
hemos recibido estos días (sois muy grandes). Mil gracias. Aquí os
dejamos nuestros dos últimos cuplés... y recordad: ¡ESTO ES CARNAVAL!
EL ULTIMO DÍA...
Para despedir el carnaval clandestino, por fin enterramos la
sardina (aunque algunos hubiéramos preferido enterrar la nutria, meter el hurón
en la madriguera, encerrar el trono en su templo… ya me entendéis). En nuestro escondite finalmente hubo buen ambiente
carnavalero y nos intercambiamos elementos de nuestros disfraces. Uno que no
tenía amigos acabó desnudo. También nos comimos y nos bebimos todo lo que
quedaba en el carro, principalmente fuet. Pensamos en quemar un autobús, pero como nadie se
había disfrazado de excursión, pues fuimos a la estación de autobuses. El
vigilante nos regañó por lo del fuego y para que no pensara que los
carnavaleros somos unos vándalos, le dijimos que era una protesta por lo del
rapero encarcelado, que no estábamos de acuerdo porque pensábamos que tenían
que haberle echado más condena. Finalmente, para no perder la costumbre del último
día, eché el romancero. Aunque, como suele ocurrir, actué tan tarde que ya no
quedaba nadie. Dejo testimonio de ello.
Hasta el próximo Carnaval (pero en la calle!!!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario