QUIÉNES SOMOS (O HEMOS SIDO)

El Cuarteto 1º fue el primero que participó en esta modalidad en el Carnaval ubetense allá por 1992, de ahí su nombre. En un principio fuimos tres (Luís Mª, Juan y Juan Antonio) y ahora sólo quedamos dos (Luis Mª y Juan Antonio). En todos estos años de existencia hemos participado en el Carnaval y colaborado en el mismo aportando ideas y llevando a cabo diversas iniciativas como: la fundación del periódico anuario “Pregonero del Carnaval”, edición del libro “Recuerdos de Carnaval”, la creación de “La Carnestolenda”, la institución de los “Premios Ladrillo” antecesores de los actuales “Botijo”, la implantación de un Concurso de Fotografía, algunos concursos de dibujo para escolares, etc., aparte de haber sido Pregoneros del Carnaval en el año 2000. Sin lugar a dudas la aportación a esta fiesta que más huella nos ha dejado ha sido el haber gestado la “Gran Gala de Carnaval” que se llevó a cabo con motivo de cumplirse el 25 Aniversario del Carnaval en democracia en el 2008.

Este blog, creado en 2009, es la consecuencia de la insistencia de nuestro colaborador y padre del mismo, Miguelin Soria.

Ojo al Parche del Copi-raid: Todos los textos y fotografías que aparecen en este blog pueden ser utilizados por cuantos lo deseen, siempre que sea citada la procedencia. ¿Entendido?...

jueves, 21 de enero de 2010

HASTA LLEGAR A LA CARNESTOLENDA


Muchos curiosos –poco eruditos- nos han preguntado en bastantes ocasiones el porqué de la “Carnestolenda” y de dónde radica esa palabra tan rebuscada. Pues bien, con mucho gusto y para todos ellos voy a hacer una breve recorrido para mostrar de dónde proviene el mencionado vocablo y cuál fue el origen de la celebración que organiza el Cuarteto 1º llamada “La Carnestolenda”.
Todo comienza en los últimos años de la década de los ochenta (1988), cuando un grupo de vecinos de la calle Baeza -encontrándose entre ellos los responsables activos del Cuarteto 1º- deciden hacer una hoguera para San Antón en un solar que había en esa misma calle junto al colegio de La Milagrosa. Debido al cariz de los organizadores, aquella pequeña hoguera tenía el atractivo de ser el punto de reunión para muchos carnavaleros que, por aquellas fechas, se encontraban en plena fase de ensayos y allí estrenaban por vez primera y ante el público, algunas de sus cancioncillas. Aquellas hogueras, o -diría yo- lumbres casi familiares, se llevaron a cabo durante varios años.
A comienzos de los noventa, en aquel solar se construyen unas viviendas y la hoguera no puede llevarse a cabo (el último año fue en 1993). Allí se inicio una tradición y es por ello por lo que algunas agrupaciones de carnaval han acudido en años sucesivos a otras hogueras de la ciudad para cantar y matar el gusanillo que en ésta se les había inculcado. Pero llega el año 1994 y el Cuarteto 1º saca a la luz su libro “Recuerdos de Carnaval” y en el acto de presentación volvieron a juntar de nuevo a todos los carnavaleros, donde hubo ocasión de presenciar una actuación e instaurar los premios “Ladrillo”. Al año siguiente, con motivo de la creación y posterior presentación del periódico “Pregonero del Carnaval”, nuevamente hay una excusa y momento para reunir al mundillo carnavalero y de paso en ese mismo acto, poder entregar los “Ladrillos” y escuchar nuevamente a otra chirigota. En 1996 no teníamos motivo ni lugar en el que hacer entrega de nuestros premios y decidimos darlos en el escenario del Hospital de Santiago una vez finalizada la cabalgata y antes de actuar las agrupaciones. Aquello quedó frío y no nos convenció. Un año después, la entrega de los premios la hicimos in situ pero nos faltaba un marco y fue entonces cuando sopesamos la posibilidad de tener un acto propio que se identificara con nosotros y los premios que ya se estaban consolidando. Decidimos, por tanto, celebrar una verbena en fechas próximas al Carnaval, donde actuaran los grupos que quisiesen y de paso -con la barra y la venta de ochíos- sacar algunos fondos para cubrir los gastos de las empresas que teníamos en mente. Y así sucedió, en 1998 y previo al Carnaval, se celebró la 1ª Carnestolenda y como se llevó a cabo por la noche la denominamos “velada”. Durante los tres años siguientes -aunque en diferentes lugares- se le llamó de igual manera, VELADA CARNESTOLENDA, hasta que en el 2001 se hizo a mediodía y quedó como se le conoce hasta el momento LA CARNESTOLENDA. En el año 2007 el Cuarteto 1º celebra su ÜLTIMA CARNESTOLENDA y al año siguiente se la cede a la ACCU que es la responsable de organizarla en la actualidad en la carpa que la concejalía de festejos instala en la plaza de toros. Desde ese momento sus creadores (Luis Mª Jimena y Juan Antonio Soria) se desvinculan de ella aunque la ACCU aún delega en ellos para conceder y entregar sus premios “Botijo”.
Este nombre con que bautizamos a nuestra fiesta, ya es utilizado en tiempos pretéritos. La palabra Carnaval, en nuestro país, es relativamente moderna y adquiere relevancia a partir del siglo XVI cuando llegan las corrientes y modas de los carnavales que se celebraban en muchos puntos de Italia. Hasta ese momento, en España se había dicho Carnestolendas, palabra ésta con cierto aire rumboso que aparece ya en algunos documentos legales del siglo XIII. Las “Carnestolendas” se llevaban a cabo los tres días previos a la Cuaresma y remitían el Miércoles de Ceniza. Aunque la referencia exacta y religiosa es el domingo anterior y se tomó la frase “dominica ante carnes tollendas” (el domingo antes de retirar las carnes). A final se utilizó la expresión “los días ante carnes tollendas” para referirse al domingo, lunes y martes de Carnaval, quedando al final: Carnestollendas/ Carnestolliendas/ Carnestolendas, o sus variantes: Carrastoliendas o Carrastollendas. Resumiendo, esta palabra que para muchos ubetenses parece tan estrafalaria, rebuscada y desconocida, tiene más de 800 años de historia y simplemente significa CARNAVALES.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿esto lo ha escrito Manolo Madrid?

Anónimo dijo...

Y a to esto, ¿Que es una Calenturienta Carnestollenda?

Anónimo dijo...

Ha tenio que ser JASA que también se enrroya (o en roya).